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domingo, 14 de octubre de 2007

Bolivia no existió

La Prensa
La Selección Nacional empezó su andadura rumbo a Sudáfrica 2010 tan mal como hace cuatro años si del resultado se trata, y de nuevo Uruguay fue su verdugo al propinarle una paliza con idéntico score (5-0); pero a diferencia de lo que había ocurrido en 2003, cuando se iniciaba el camino hacia Alemania 2006 y algo de lucha dio ese equipo, lo preocupante es que la Bolivia de Erwin Sánchez lució sobre el césped del “Centenario” montevideano bastante más débil que aquella que dirigía Nelson Acosta.

A la Selección de hace cuatro años, Uruguay no le había llegado tanto y tan fácil como a ésta; por eso no es exagerado, después de haber visto lo ocurrido ayer en Montevideo, concluir que Bolivia se libró de una goleada con marcador aún más vergonzoso.

En los amistosos —sobre todo en el último frente a Perú— ya se había advertido un bajón en la producción boliviana, que era una señal de que Bolivia, en la “era Sánchez”, había ido de más a menos, pero ni el más pesimista de los seguidores nacionales esperaba tan pobre faena como la de ayer, lo que hace temer lo peor cuando la competición recién está comenzando.

Al minuto de iniciado el juego, Abreu cabeceó en el área boliviana completamente solo, y por suerte desviado; fue el instante en el que empezaron a quedar al descubierto los errores de una zaga “verde” que no hizo pie ni entonces ni en el resto del partido, y más bien dio licencias de todo tipo a delanteros que saben de su oficio y que en algunos casos hasta perdonaron.

De nuevo Abreu remató desviado (m.3) en la segunda incursión profunda de Uruguay, pero la tercera fue la vencida, cuando a los 4 minutos Luis Suárez dejó parado como un poste a Lorgio Álvarez y remató el esférico haciendo estéril la reacción de Galarza.

Uruguay había saltado a la cancha a buscar lo antes posible el gol que le diera tranquilidad, y le costó menos de lo que los propios “charrúas” se lo hubieran imaginado; quizás eso hizo que descansara por unos minutos de ir al frente y le diera algún respiro a Bolivia, pero poco después volvió a hacer estragos en la zaga contraria y eso quedó a la larga claramente reflejado en el score.

Un disparo de Álvarez que Carini tapó mandando el esférico al corner fue la única sensación de peligro que llevó Bolivia en la primera fracción.

Después de esa jugada fue muy evidente su inferioridad, con una defensa demasiado insegura por donde se la mire; con un medio sector que no tuvo contención y tampoco generó juego; lo que lógicamente desencadenó en una ofensiva nula.

Colectivamente bien estructurado e individualmente con varias de sus estrellas con las luces prendidas, Uruguay despertó —se había echado a dormir un rato— tras los 20 minutos, y primero Forlán y después Abreu se perdieron el segundo gol, aunque cada vez que el cuadro “celeste” atacaba daba la sensación de que el balón terminaría en la red.

El segundo tanto fue obra de Forlán a los 38 minutos, a través de una gran definición sin esperar que el balón pegara en el piso, y tras una habilitación estupenda de Peres; claro que la zaga boliviana otra vez no hizo nada para evitarlo.

Para colmo de males para Bolivia, García cometió una torpeza a los 41 minutos y como ya tenía amarilla, surgió la segunda y de inmediato la roja. La Selección Nacional acabó ese primer tiempo vencida por dos goles y con un hombre menos.

Erwin Sánchez quiso jugársela el todo por el todo en la segunda etapa al hacer ingresar a un delantero más, Diego Cabrera, sacando al que quizás era el único combatiente de mitad de cancha, Herman Soliz, y lo único que hizo fue regalarle el medio campo a Uruguay.

Pocos entrenadores en el mundo se atreven a hacer lo que hizo “Platiní”, y en su mayoría éstos son inexpertos como él.

Al tercer minuto de reanudadas las acciones cayó el tercer tanto, obra de Abreu, quien primero cabeceó, salvó Raldes, y luego aplicó un zurdazo que Galarza manoteó pero en vano.

El propio Abreu falló el cuarto, cabeceando desviado sólo frente al arquero, en momentos en que Uruguay ya jugaba al ritmo del “olé, olé...” de su alegre hinchada.

A los 22 minutos, Regeiro entró por la izquierda como Pedro por su casa, y su centro fue empalmado por Sánchez, recién ingresado en el terreno, anticipándose a la salida de Galarza para convertir el cuarto, transformando la cómoda victoria en goleada.

Con la entrada de Cardozo, Bolivia tuvo unos minutos de salida, y sobre todo a partir de los 30 minutos dispuso de sus mejores ocasiones, dos muy bien conjuradas por Carini.

Los “celestes” se acordaron que cuatro años antes Uruguay había convertido cinco y no quisieron quedarse cortos, fueron al frente y lo consiguieron. Primero Galarza tuvo una gran atajada ante un disparo de Rodríguez, pero luego no pudo hacer nada (m.37) frente a Bueno, quien entró solo y colocó el esférico lejos del alcance del golero nacional.

Consumado el 5-0, pudo llegar el sexto, pero Bueno se lo “comió”, así como había sucedido lo mismo con Abreu y con Forlán, que fallaron y por eso Uruguay ganó “sólo” por cinco goles de diferencia.

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