Jugadores españoles se refieren al fútbol boliviano

Los tiempos

El fútbol en Bolivia difiere mucho al español. Gerardo García Berodia, Félix Quero y David Mainz, el tridente dorado del Wilstermann, así lo certifican. Los españoles, que se encuentran ultramotivados ante el reto de conquistar el torneo boliviano, cuentan las singularidades de su fútbol.

“Al principio te llevas un susto importante. Yo estoy desde el 23 de junio en este país y al menos ya me voy acostumbrando. Pero, durante los primeros entrenamientos, te asaltan las dudas porque ves que no puedes ejercitarte bien. Me ahogaba con tan sólo hacer una carrera.

El tema de la altura influye más de lo que parece”, cuenta Félilx Quero. El español, que el curso pasado militó en la UD Logroñés, sabe que su velocidad por la banda influirá en un torneo donde las defensas no son tan férreas como en España.

El extremo reconoce que en Bolivia no es lo mismo ni siquiera a la hora de centrar. “Hay que medir bien los pases porque le pegas de rosca al balón y no coge efecto. Otro ejemplo es cuando intentas dar un cambio brusco de orientación y el esférico le llega al compañero haciendo extraños. Es otra cosa que en los comienzos me dejaba loco. Al final, los balones son los mismos que en Europa, pero son las circunstancias terrenales lo que hacen que varíe su comportamiento”, apunta el ex del Lugo.

David Mainz, recién llegado a Bolivia procedente del Eibar, también secunda las teorías de su compañero. “Es complicado jugar. Haces un desmarque y, cuando pierdes el balón, no tienes energías para recuperar la posición. Te quedas asfixiado, sin fuerzas para volver a tu sitio. La altura a la que estamos hace que te cueste hasta respirar. Aunque, como todo, al final es acostumbrarte”, dice el atacante, que jugará de “9” en una plantilla configurada para jugar al ataque.

“Hay que pensar que las circunstancias son las mismas para todos, que al final nosotros también nos acostumbramos”, cuenta García Berodia, el tercer español en discordia y el que más tiempo lleva en el país. “El fútbol aquí no es mejor ni peor, sólo