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lunes, 4 de agosto de 2014

Wálter Kreidler Guillaux:“Será un estadio con los mismos problemas estructurales”

Hace 19 años que dejó la actividad dirigencial para dedicarse a su empresa constructora. Cuando el arquitecto Wálter Kreidler presidió la Liga, la entidad adquirió su edificio de la calle Abaroa y la Federación construyó el suyo en Cochabamba. Sabe bastante de construcciones y por eso quién mejor que él para hablar sobre el nuevo maquillaje que se hará en el estadio Tahuichi, el único escenario deportivo que hay en Santa Cruz para grandes eventos deportivos.

¿Qué le parecen las remodelaciones y ampliaciones que el gobierno departamental encara en el estadio Tahuichi?

Conozco solo lo que ha informado la prensa. Destaco el hecho de que la Gobernación apueste por el deporte, como también con algunas obras que se hicieron en la villa deportiva Abraham Telchi como el velódromo que se estrenó hace poco. Lo que me apena es que Santa Cruz no tenga un estadio acorde a la cantidad de población con la que cuenta este departamento.

¿Construir uno nuevo es necesario para Santa Cruz?

Ya se debería construir uno nuevo en la villa deportiva y esto que digo no es nuevo porque ya lo mencioné en una entrevista que me hicieron aproximadamente hace un año. Y no es que esté en desacuerdo en que se mejore el estadio Tahuichi, sino que pareciera que van a pasar otros 20 ó 30 años para volver a discutir sobre la necesidad de construir uno nuevo.

Según sus conocimientos sobre el Tahuichi, ¿este escenario tiene problemas técnicos?

Sí los hay. No cuenta con un parqueo y no cuenta con paradas para el transporte público. El objetivo debería ser que el hincha tenga buen acceso a este escenario deportivo. Este punto es esencial cuando se toca el tema de seguridad a nivel de espectáculos deportivos avalados por la FIFA. Otra dificultad es que la cancha está mal orientada, pues está ubicada de este a oeste, por lo que siempre lastimará a uno de los arqueros.

Entonces, ¿mal hecha?

Esto se da porque se la construyó en su momento para los soldados de la guerra del chaco. Lo que hicieron fue evitar el viento del norte para que no se les vaya la pelota, ya que en esa época no había tribunas. Y así se ha mantenido por muchos años porque es un estadio de parches. Por eso, sostengo que mejorarlo es positivo, pero ya debería planificarse en serio la edificación de uno nuevo y partiendo de la premisa de que los arcos de las canchas deben estar ubicados de norte a sur como lo son todas y que además dé condiciones al público y a los mismos futbolistas. Por ahora no va a dejar de ser una bonita intención. Será un estadio con buena vista, pero lamentablemente con los mismos problemas estructurales que son difíciles de solucionar.

Se dice que con la misma cantidad de plata ($us 30 millones) que se gastarán para las dos fases se puede construir uno nuevo, ¿es así?

No puedo aventurarme a hablar de cifras sino conozco el proyecto. Yo, en más de una oportunidad, me brindé para apoyar el tema, porque tengo los planos del estadio y esto a consecuencia de que me preocupé por este escenario cuando asumí la presidencia del comité organizador de la Copa América en 1997. En ese entonces ampliamos las graderías de ambas curvas, construimos las rampas de acceso y evacuación, construimos varias baterías de baños y se eliminaron los frontones que funcionaban al lado del estadio. Este último sector se lo concibió como un parque de la ciudad, pero el municipio no invirtió en iluminarlo y adecuarlo siendo que antes era un lugar donde los malvivientes se campeaban. Por eso espero que ahora esa área se rescate. Con esto, no quiero decir que no sirva el estadio Tahuichi. Sí, lo pueden mejorar, pero sería un error invertir más de lo que han anunciado en un simple acomodo.

¿Lo mejor es uno nuevo?

La Gobernación y las autoridades locales pueden tomarlo como un reto y jugársela como ocurrió con el cambódromo, cuyo proyecto lo presenté aunque me originó duras críticas. Ahora este escenario es disfrutado por toda la población y bajo esta circunstancia también ahora me atrevo a decir que Santa Cruz necesita no solo un nuevo estadio de fútbol sino un moderno coliseo. No tenemos un coliseo decente para eventos internacionales y esto ya es una deuda pendiente con las disciplinas como el basquetbol, voleibol y otras actividades.

Volviendo al Tahuichi, ¿no es contraproducente tener un estadio muy cerca del centro?

No es malo porque por ejemplo el estadio Santiago Bernabéu está también en el centro de Madrid y lo mismo sucede en Buenos Aires, donde hay varios estadios céntricos.

Desde hace un par de años se ha criticado también del Tahuichi la mala iluminación, ¿es otro mal a curar?

Se tiene una mala iluminación porque las luminarias no pueden estar a la altura que corresponden debido al aeropuerto El Trompillo que está a pocos metros. Nunca se pudo hacer un sistema de iluminación porque la altura permitida por Aasana está por debajo de lo ideal. El problema es que en el ángulo que se ubican las pantallas hay deslumbramiento y se lo nota mucho en las filmaciones de los partidos.  Esta falencia se puede solucionar, pero lamentablemente no se podrá contar con un servicio adecuado.

¿De las graderías qué se puede decir?, ¿los fierros aguantan pese al paso de los años?

Todo depende de qué sector se hable. Vuelvo a repetir que el estadio Tahuichi es la suma de parches. Para tener una idea clara sobre el tema habrá que hacer un estudio paso por paso. De eso seguramente se encargarán los ingenieros, quienes tendrán que decir qué estructura está bien y cuál deberían rehacer. El estadio Defensores del Chaco de Asunción (Paraguay) tuvo que reconstruirse en gran parte porque sufría de muchos deterioros estructurales del acero por el acceso del ácido úrico, que es consecuencia de la orina. Esto último se da porque el público acostumbra a orinar en cualquier parte y es un daño que con el tiempo no se percibe. Además, hay que recordar que el sector de preferencia del Tahuichi sufrió un colapso en 1968 si no me equivoco. Se desplomó una cubierta de hormigón y dañó parte de la estructura que un año después fue reforzada en diagonal. Me imagino que ahora todo esto lo habrán estudiado los ingenieros. Sobre el temor de que sufra otro colapso no creo que suceda porque normalmente el hormigón anuncia, aunque sería oportuno hacerle ya un nuevo estudio.

¿Hay otros detalles?

El tamaño de las graderías de preferencia son diferentes al de las curvas. Al parecer, antes la gente acostumbraba llevar su toco para asentar las piernas, porque de lo contrario no se llegaba al piso. Este es un detalle a solucionar también.

¿Qué le parece la maqueta del estadio remodelado?

En la parte estética se lo ve muy lindo, pero en lo funcional tiene esos problemas que ya he mencionado.

Si las autoridades locales no cuentan con recursos económicos para construir un estadio nuevo, una salida sería acudir a empresas constructoras privadas?

En Alemania, que tenía su estadio olímpico más nuevo que el Tahuichi, las autoridades asumieron el reto de construir el Alianz Arena para el Mundial del 2006. Lo construyó la marca de una empresa de seguro. Y así hay otros casos como el de Miami que se llama American Airline Arena. Claro, son empresas grandes, que en Bolivia no tenemos, pero que les gusta patrocinar y aprovechar el marqueting a través de la construcción de escenarios deportivos. De todas formas, es una gestión que debería realizarse. En Sudamérica hay casos como los estadios que construyeron los clubes Universitario de Perú y Barcelona de Ecuador, que estrenaron estadios vendiendo sus respectivos palcos. Han hecho escenarios muy hermosos en combinación entre entidades públicas y la empresa privada.

¿Cuesta tanto hacer realidad una necesidad tan importante para el fútbol?

Siempre cuesta, por supuesto, pero depende qué nivel de infraestructura se requiere. Hacer uno como los que edificaron en Brasil para el Mundial ni pensarlo, porque esas decisiones le han costado al gobierno que la gente salga a las calles para protestar. Aquí vivimos una similar realidad, pero entendiendo que hay dinero para otras actividades, que no son deportivas, sino políticas. Cómo no invertir en el deporte, que es una actividad sana y de mucho beneficio para nuestra juventud. Por eso, tanto los municipios, los gobiernos departamentales y el gobierno nacional deberían unirse para concretar proyectos como el de construir un estadio. El proyecto de la villa deportiva es un reto. La propuesta se la presentó en 1980, sin embargo han pasado ya 34 años y hasta ahora es muy poco lo que se ha desarrollado allá. Hay que hacerlo, porque contamos con la tecnología para edificarlo

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