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viernes, 19 de septiembre de 2014

La Liga destierra el dopaje



Ya son siete años desde la última vez que un jugador dio positivo en los controles antidopaje de la Liga. Hasta entonces a menudo sucedía, pero a partir de ahí el juego limpio parece pisar fuerte y salir victorioso luego de cada jornada disputada.

En un momento sensible para el fútbol nacional, en el que aflora lo negativo —desde la crisis dirigencial y las pugnas internas; hasta el bajo nivel que demuestran la selección y la mayoría de los equipos— no deja de ser un factor de alivio y un dato para destacar que el fútbol boliviano haya desterrado de sus canchas al dopaje.

Las razones para esta realidad son diversas, según explican algunos de los responsables. El presidente de la Comisión Antidopaje de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), Ivo Eterovic, destaca en principio el apoyo decidido brindado por la directiva del fútbol, en particular la especial atención que brindó Mauricio Méndez mientras era presidente de la Liga, y también elogia la respuesta positiva de los jugadores, a quienes los considera los principales actores para vivir este presente.

“No tener un positivo en estos últimos años en nuestro fútbol es señal de gran madurez del jugador boliviano. Muestra su manera de cómo asume su profesión, su nivel de responsabilidad, el grado de concientización que ha logrado y eso no hace más que mostrar que el fútbol nuestro tiene a futbolistas disciplinados, sanos y con gran ética”, asegura. Otro aspecto que cabe destacar es el trabajo mancomunado que llevan adelante la Comisión Antidopaje y los médicos de los planteles.

Eterovic detalla que con todos sus colegas se ha logrado una ágil y dinámica comunicación mediante la cual se previene, controla e incentiva a los planteles de fútbol a cuidarse de emplear las sustancias prohibidas, se incentiva la responsabilidad del jugador, que sepa lo negativo de recetarse sin consultar, que cuide su salud, su carrera y el bienestar de sus familias.

“En las varias charlas que dimos en estos años, siempre enfatizamos en que no solo se trata del castigo deportivo, o que el entorno haga un escándalo del mismo, sino que se deben tomar en cuenta otras secuelas que dañan la autoestima, honestidad y hasta un positivo puede truncar una carrera”, dice el médico.

Eterovic cuenta que desde 2006, cuando él asumió la conducción de la comisión, paralela a la llegada de Carlos Chávez a la presidencia de la FBF, se ha estructurado un funcionamiento con base en lo que dictamina la FIFA. Elogia el apoyo de los médicos Héctor del Callejo y Julio César Chávez.

A propósito, Chávez recuerda que después de que se dieron los hasta ahora dos últimos positivos en 2007, es que durante los siguientes tres años se llevaron adelante intensas y agresivas campañas de concienciación de los jugadores.

“También se dieron cursos de capacitación a los colegas médicos de los diversos planteles, a los mismos dirigentes que tienen más relación con los jugadores, para que conozcan los reglamentos, los formularios y todo el procedimiento. Les hablamos de la AMA (Asociación Mundial Antidopaje), y de los 400 medicamentos y sus derivados prohibidos. Pienso que al hablarles de que su salud, su carrera y su nombre pueden estar en riesgo si salen positivo es que lograron reaccionar”.

Chávez, al igual que Eterovic, resalta el que la directiva nacional del fútbol haya cumplido y lo siga haciendo su rol para evitar más positivos, respaldando el funcionamiento de la Comisión Antidopaje cuya estructuración, organización y desempeño fue de menos a más hasta lograr solidez y oficio.

Eterovic y Del Callejo son además oficiales antidopaje internacionales nominados por la Conmebol y la FIFA, y ahora junto con Chávez, los tres dirigen el control antidopaje en Bolivia.En cada departamento donde se juega la Liga hay un equipo de oficiales antidopaje, todos son médicos con experiencia en medicina del deporte.

Eterovic asegura que esos oficiales se desempeñan en su labor desde 2006, lo que garantiza calidad en el control. Admite que la única ciudad que no tiene un oficial es Cobija, por la reciente llegada de un equipo de Pando a la Liga.

“Aprendimos a supervisar y controlar toda la parte médica de los jugadores, e incluso con el aval de ellos, de meternos en su vida privada para cuidar la salud global de la familia. Los jugadores llegaron a un gran nivel de madurez en lo médico y eso ayuda”, opina Luis Montaño, médico de Wilster.

Comisiones médica y de antidopaje

En el área

La Federación Boliviana de Fútbol (FBF) tiene dos comisiones dedicadas al área de la salud: la de Antidopaje, que se encarga de la prevención y el control sobre lo que está prohibido; y la Médica, dedicada al estudio clínico.

Los pasos

La Comisión Antidopaje trabaja en la parte operativa desde el sorteo del jugador hasta la toma de muestra de la orina, el sellado y el lacrado de los kits o frascos.

Laboratorio

En la segunda parte, la comisión envía los frascos a un laboratorio en el exterior, recibe los resultados y comunica a los presidentes de la Federación y la Liga, respectivamente, todos los informes.

Desde que se aplica el control van 28 casos

En 2002 fue insertado de manera oficial el control antidopaje en el fútbol profesional boliviano, y desde entonces se registraron 28 casos positivos. De acuerdo con los datos de la Comisión Antidopaje de la FBF, 24 fueron por consumo de cocaína —en la mayoría de los casos la explicación fue la infusión de mate de coca o trimate—, dos de marihuana y otros dos de corticoides. La comisión tiene el historial de los positivos, sin embargo, los médicos consideran innecesario recordar los nombres y hacerlos públicos.

La estadística apunta a que la época crítica por la aparición de dopajes se vivió entre 2002 y 2005, período en el que hubo un incremento importante de casos; en cambio, los dos últimos registrados fueron en 2007 y desde entonces no se produjeron más.

Según Julio César Chávez, de la Comisión de Antidopaje, se analizaron todos los casos positivos con sus historiales respectivos y sus características, mediante los cuales se detectó que el jugador boliviano en el ámbito del fútbol no tiene el afán de doparse por buscar mejorar su rendimiento, como probablemente ocurre en otras partes del mundo, sino que comete un mal uso de medicamentos o tiene un problema de tipo social.


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