Nota de Presencia del 26 de Julio de 199, luego del partido por las Eliminatorias rumbo a Estados Unidos 1994
UN INDECLINABLE MODO DE JUGAR
Aquel espíritu diferente, que elogiamos siete días atrás cuando Venezuela ganaba en Puerto Ordaz, reapareció ayer, y fue más visible en los diez últimos minutos. Ese período en el que se perdió la ocasión del penal, pero no hubo cabezas gachas, ni manos en la cintura, ni barata resignación.
Ese es el bagaje que la Selección no debe extraviar; la actitud que no se debe rifar, por encima de los resultados-hasta ahora felices-y de la envergadura de los contrincantes.
Azkargorta y sus muchachos tienen la ocasión de escribir una página diferente en la historia del fútbol nacional. Pudo haber en el pasado equipos bolivianos tan buenos y tan completos como el de ahora, pero este tiene que ser el punto de partida de una nueva manera de jugar.
En La Paz como en Los Ángeles o en Puerto Ordaz.
Para que la altura no sea la única razón de victoria.
Para que uno o dos goles del rival no lo desarmen.
Para que cuando falten tres minutos nadie piense "esto se acaba así" y todos opinen obstinadamente que faltan ciento ochenta segundos.
CERO ABSOLUTO
Brasil tuvo ayer tiempo de acomodarse, y de no ser por los seis remates de Erwin Sánchez -alguno muy bueno, como el de los veintisiete minutos que intranquilizó a Taffarel- la primera etapa nos habría dejado un gusto amargo.
El seleccionado local tuvo la iniciativa, pero no sorprendió casi nunca. Y como Brasil fue conservador hasta el hartazgo, el partido parecía encaminarse hacia el empate que deseaban los visitantes.
LA AGITACION
El segundo tiempo fue otra cosa. El pase de Borja a Sánchez de los cuatro minutos (remate apenas desviado de Erwin), y el notable centro de Melgar a los trece (Ramallo llegó pero chocó con el arquero) fueron dos motivos de esperanza. En el ir y venir de la pelota, Brasil intentaba algo más (aunque Raí "no existía", como acotó algún colega brasileño), pero también se descontrolaba. Ya no tenía la defensa sólidamente plantada del primer tiempo.
Nuestro equipo tardó en sacar frutos, y la jugada más clara se frustró: fue cuando Melgar se animó, hubo un toque de Alvaro Peña para Etcheverry, y el delantero cayó en el área ante la falta de Valber. Penal. Erwin Sánchez caminó vacilante hacia el balón-justamente él, que había sacado disparos. de primera en todo el cotejo-y Taffarel acertó con la trayectoria.
LOS GRANDES MINUTOS
Fue lo mejor del plantel nacional. Dientes apretados y a seguir.
Etcheverry se arriesgó en la acción individual, cayó y se levantó, hizo el centro que nadie esperaba...y Taffarel menos que nadie.
Ya ganador, el equipo dio otra notable muestra de ataque sorpresivo: Cristaldo entregó un pase para Alvaro Peña, el goleador corrió hasta el área brasileña y puso el balón donde quiso.
UN JUSTO GANADOR
El equipo nacional superó sus defectos eventuales, rindió la primera prueba ante su público y ganó cuando casi nadie creia. Creo que a todos nos gustó el equipo del último cuarto de hora, pero los resultados suelen influír en el juicio más sereno.
Cada vez que Trucco hizo algunos de sus saques perfectos (sobre todo aquel que efectuó tras haber contenido un duro disparo brasileño); cada vez que Melgar tocó el balón sin urgencias; cada vez que Cristaldo ganó en el anticipo; cada vez que Quinteros salió con la cabeza alta del alta, como mostrando el camino; cada vez que Etcheverry y Sánchez hicieron lo que saben, creció en la tribuna la idea de que se podía ganar. Tarde o temprano, pero de una manera indeclinable.
LORENZO CARRI


El Arbitro
Juan Francisco Escobar es uno de esos árbitros "sacapartidos" que sobreviven en el panorama sudamericano, y del que se puede esperar una tarjeta cuando es necesaria una amonestación...y viceversa.
Tiene un criterio especial para juzgar las acciones violentas, pero eso sí: cuando el reloj dice cuarenta y cinco, hay que terminar la cosa. Adicionar el tiempo perdido no entra en su reglamento particular.
Ayer volvió a "sacar otro cotejo". Seguramente se habrá ido feliz, y será designado varias veces más.
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