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viernes, 19 de septiembre de 2014

En cada jornada se hacen 24 controles, cada uno cuesta 65 dólares



El funcionamiento del control antidopaje en Bolivia tiene un costo económico significativo, tanto en la parte operativa, en la logística, como en las políticas que se aplican para asegurar la prevención, según Pedro Zambrano, secretario general de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).

El fútbol boliviano paga 65 dólares por cada muestra que es sometida a análisis. En cada jornada del torneo liguero se toman 24 muestras, que son enviadas a un laboratorio en Chile avalado por la Conmebol y que está cerca de ser certificado por la AMA (Asociación Mundial Antidopaje).

Hasta 2005, las muestras de orina del control antidopaje eran enviadas a Colombia —que junto con Brasil son los únicos países que tienen laboratorios autorizados por la AMA—, pero luego la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol) habilitó otros en Argentina, Uruguay y Chile para abaratar costos, por ello es que desde 2006 Bolivia envía las muestras a Santiago.

A nivel internacional, llámese cotejos de eliminatorias, Copa Libertadores y Sudamericana, el costo por cada muestra se incrementa a 180 y 200 dólares; y en un Mundial es de 600 dólares.

Zambrano precisó que el gasto es asumido como una inversión. Además que no solo se trata de cubrir el costo del laboratorio, pues cada semana se distribuye en todas las ciudades el material logístico denominado ‘kits’, que es un lote conformado por frascos, códigos de plásticos, formularios y otros para realizar el control con todas las medidas de seguridad.

“Aparte de todo están los cursos y seminarios de actualización que efectuamos una vez al año y para ello se tiene que costear los viajes de los miembros de la comisión para dialogar con los jugadores y médicos no solo de los clubes de la Liga, sino también se busca llegar a las asociaciones”.

Zambrano sostuvo que la socialización del adecuado uso de los medicamentos es lo que generó una gran conciencia en los jugadores y que por ello se puede afirmar que desde hace años no existe dopaje en Bolivia. Destacó que a los jugadores del fútbol nacional se los puede ver como profesionales naturales, sanos y con un alto grado de buena salud y condición física.

“En los años que estuve en la selección, también se debe resaltar la influencia de los jugadores bolivianos del exterior, quienes son un factor importante en la actitud y comportamiento de los jugadores de nuestra Liga. Ahí la mentalidad de los de acá da un giro fuerte hacia la responsabilidad”, según Carlos Pérez, hasta hace poco médico de la selección.

También enfatizó que en el jugador boliviano no hay intención de doparse, por eso no se detectó nunca el uso de anabólicos, estimulantes u otros medicamentos para mejorar el rendimiento. Sí hubo en el pasado un mal uso o problemas de otro tipo.

Dos años de castigo o expulsión definitiva

Si en los primeros años de la aplicación del control, los castigos eran menores y combinados con multas económicas (seis meses de suspensión y el pago de 8.000 dólares), ahora hay dos únicas sanciones. Para el primer positivo es una suspensión de dos años; para la reincidencia, la exclusión total de la práctica activa del fútbol.

“Antes se decía que salir positivo resultaba caro, porque se pagaba un importe, pero ahora se trata de otra cosa: tu carrera puede quedar frustrada o simplemente acabada”, dijo Róger Bello, secretario general de la Liga. Sostuvo que ahora no solo pasa por sufrir el momento del castigo o el escándalo público, sino que la profesión de uno está en riesgo con 24 meses de suspensión.

De acuerdo con la estructura nacional, si un control de dopaje da negativo simplemente queda la documentación en el archivo; sin embargo, si es positivo, ahí empieza un camino tortuoso para el jugador, más si apela para la apertura del frasco B.

De ahí en adelante, el jugador positivo se debe someter al reglamento y proceso disciplinario. Inicialmente pasa al Tribunal de la Liga y luego, si no está de acuerdo, puede pedir revisión a la comisión de apelación de la federación.

Actores directos en el fútbol

‘Está prohibido automedicarse’: Guillermo Aponte, médico de Bolívar

“En Bolívar controlamos mucho el uso de los medicamentos, los jugadores están prohibidos de automedicarse, todo deben consultar. Tenemos todos los cuidados posibles”.

‘Supervisión y profesionalismo’: Pedro Zambrano, secretario general FBF

“Es el resultado de la supervisión y el profesionalismo. La dirigencia tiene la obligación de controlar el accionar de todos y los jugadores de mostrarse sanos y conscientes”.


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